martes, 11 de agosto de 2015

La Megarexia

Siempre os estoy hablando de la anorexia nerviosa y de la bulimia nerviosa, ya que hoy por hoy son dos de los trastornos alimentarios que tienen más prevalencia en nuestra sociedad y de los más conocidos. Sin embargo, hay otros que también afectan a nuestra población. Más de una vez me han preguntado cuáles son estos trastornos, ya que mucha gente no tiene constancia de que existan. Pues bien, en este post os voy a hablar de uno de ellos: la megarexia.


¿Qué es la megarexia?

La megarexia es un trastorno alimentario y dismórfico corporal. Se podría considerar como lo opuesto a la anorexia, es decir, mientras la anorexia nerviosa consiste en verse y sentirse con más peso del que realmente se tiene, las personas que tienen megarexia creen que están más delgadas de lo que realmente están, a pesar de tener obesidad. Por lo tanto, este trastorno se refiere a las personas que tienen obesidad y que a pesar de ello, mantienen hábitos poco saludables y que pueden llegar a ser muy perjudiciales, como son comer en exceso comida basura y la no realización de ejercicio físico.

         Se podría considerar un trastorno reciente, ya que el primero en acuñar este término fue el doctor español Jaime Burgos, en el año 1992, en su libro "Dieta Isoproteica". Sin embargo, a pesar de que el término sea reciente, en la actualidad es un trastorno muy prevalente; se calcula que por cada persona con anorexia, diez tienen megarexia. 





Características de la megarexia 

Entre las características de la megarexia se encuentran las siguientes:

1. Su alimentación no es buena, ya que tienden a ingerir grandes cantidades de comida basura, las cuales no están incluidas en una alimentación sana y comen muy poca verdura y fruta.

2. Están contentos con su físico. Como se ven delgados, no creen que tengan un problema y se sienten orgullosos de su aspecto físico.  

3. No hacen ejercicio. No consideran necesario el ejercicio físico, ya que se sienten saludables y en forma.

4. Evitan las fotos. El hecho de verse en las fotos no les permite mantener esa idea de que están delgados, por lo que evitan fotografiarse, para no verse tal y como les ven el resto.

5. No van de compras. Probarse  y/o comprarse ropa de tallas grandes no les permite refugiarse en lo que creen acerca de su físico.

6. Se excusan. Justifican su peso en otras enfermedades, como los problemas de tiroides, tal y como indica la Unidad de Apoyo Psicológico a la Persona con Obesidad (UAPPO). 

7. Sufren mareos. Debido a su mala alimentación. Al no comer apenas frutas y verduras suelen tener, con frecuencia, la tensión baja y presentan mareos.

8. Son hostiles. Puede que sean criticados por sus hábitos, debido a que son perjudiciales. Sin embargo, como ellos no se ven mal de salud, pueden responder bruscamente a estas personas, las cuales suelen ser sus seres queridos.

Fuente: www.itg-salud.com 


¿Cuáles son los riesgos?

El principal problema de la megarexia es que no permite cuidarse a las personas que tienen obesidad. Y...¿por qué es tan importante que una persona con obesidad se cuide? Porque tiene muchas enfermedades asociadas, entre las que destacan las enfermedades cardiovasculares y la diabetes,

        La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el sobrepeso y la obesidad son el quinto factor principal del riesgo de muerte en el mundo. Las estadísticas muestran que cada año fallecen por lo menos 2,8 millones de personas adultas como consecuencia de ambos. 

           Los problemas sociales también son destacables en la megarexia. Las personas que les rodean se preocupan por ellos aunque estos no se sientan ayudados y es ahí donde está el problema. Las personas con megarexia no consideran que necesitan ayuda por el hecho de que se encuentran bien. Si sus familiares y amigos consiguen enseñarles la realidad y que acepten lo que les sucede, puede que les ayuden a empezar su recuperación. 


Tratamiento y recuperación

Como decía en el apartado anterior el primer paso necesario para poder tratar a una persona con megarexia es la aceptación de su trastorno y entender que es un problema grave. Si se consigue esto se puede ir al segundo paso, es decir, buscar ayuda profesional.

            Los profesionales encargados de tratar a las personas con megarexia son, al igual que en la anorexia y en la bulimia, los médicos, los nutricionistas y los psicólogos. Estos tienen que hacerle ver a la persona con megarexia los riesgos asociados al trastorno y a la obesidad, ya que así van a entender mejor que tienen que cambiar hábitos de vida. Así mismo, tienen que explicarles a sus familiares que la recuperación será lenta y que deberán tener mucha paciencia para ayudarles. 

         Tras la aceptación y la predisposición para mejorar, el tratamiento consistirá en instaurar hábitos nuevos, como son una dieta saludable y la práctica regular de ejercicio físico. Además, deberían aumentar las relaciones sociales, si estas se volvieron deficitarias en los últimos meses o años.


El debate: comer poco o comer mucho

En las entradas anteriores estuvimos hablando de los trastornos donde el comer poco era una de las principales características. Sin embargo, en esta última, vamos directamente a lo opuesto: comer mucho. Otra de las características que tienen diferentes es el realizar excesivo ejercicio físico y el no realizarlo. ¿Pero qué es mejor?

        Desde el punto de vista clínico, ambos son dos trastornos serios, donde la persona tiene distorsionada su imagen corporal y lleva a cabo hábitos de vida poco saludables. Por lo tanto, ninguno de ellos es mejor que otro, si no que ambos son perjudiciales para la salud.

            ¿Qué tenemos que hacer entonces? Evitar los extremos, es decir, ni comer muy poco ni comer en exceso, además de realizar ejercicio con moderación. Seguramente no es la primera vez que escucháis la expresión "todos los extremos son malos". Así que os animo a realizar prácticas saludables dentro de unos límites; comer y hacer ejercicio con moderación, os va a permitir llevar una vida saludable y encontraros bien con vosotros mismos. 


Si crees que tienes un trastorno alimenticio, o crees que alguno de tus familiares o amigos lo padecen, busca ayuda. ¡Os recuerdo que se puede superar y cuanto antes se acuda a tratamiento, antes y mejor será la recuperación!


Para finalizar os dejo un vídeo donde se explica todo lo que hemos hablado a lo largo de este post. ¡¡Espero que os guste!!




Y ya sabéis, cualquier duda, sugerencia o crítica, en el apartado de comentarios. 
MUCHAS GRACIAS :)

lunes, 3 de agosto de 2015

La importancia de cuidarse

Tras unas semanas de desconexión bloggera, os dejo otra entrada. Esta vez con un mensaje esperanzador. Espero que os guste!




Hace unos días, leyendo un libro que hablaba de nuestras prioridades a lo largo de la vida para alcanzar la plena felicidad, encontré una frase que me llamó la atención y que me recordó, en parte, al inicio de los trastornos de alimentación. Esta frase era un viejo proverbio que decía que todos nosotros nos pasamos la mitad de la vida arruinándonos la salud y, luego, la segunda mitad de la vida curándola. ¿Por qué me recordó solamente en parte al inicio de esta problemática? Pues porque no se puede aplicar únicamente a ella, sino que parte de las conductas que llevamos a cabo en los años más tempranos de nuestra vida pueden perjudicar de una manera u otra nuestra salud.

         Hablo de muchas actividades, que pueden ir desde el abuso de drogas (ya no solo ilegales, sino también el alcohol y el tabaco) hasta algunas prendas de vestir. Ejemplo de esto son los zapatos, que pueden deformar nuestros pies sin que nos demos cuenta hasta que llegamos a la vejez y realmente nos impiden andar o simplemente realizar actividades de la vida cotidiana, lo cual hace que lamentemos el haber sido "tan presumidos" en años anteriores y haber llevado zapatos que nos molestaban pero que no le dábamos la suficiente importancia. En estas conductas también incluyo, y estaréis de acuerdo conmigo, la falta de hábito de ejercicio físico o su abuso, al igual que las dietas restrictivas o aquellas copiosas llenas de "comida basura".

         Debido a esto, al leer el proverbio era inevitable que me acordara de los trastornos alimentarios, ya que las personas que los padecen llevan a cabo conductas destructivas para su salud y que suelen empezar en la adolescencia (totalmente de acuerdo con el proverbio). En mi opinión, la falta de preocupación por el futuro en edades tempranas, el pensar que el instituto es lo más  importante y que después no hay nada o el ideal del carpe diem, es decir, vivir y disfrutar el presente por encima de todas las cosas, pueden ser algunas de las causas de llevar a cabo comportamientos nada saludables.

         Quizás sea aquí, donde se puede enlazar la cronicidad de la problemática de la que estamos a tratar con lo que venimos hablando. El tratamiento temprano beneficiará en cualquier caso, la mejora de la persona y de su vida, en cambio cuanto más tiempo lleve la persona con la enfermedad más difícil será su cura y más complicaciones de salud tendrá. A pesar de que en muchas ocasiones se cree que los trastornos de la conducta alimentaria son crónicos, lo cierto es que no ocurre así, y cada vez lo observamos más en la asociación. De los trastornos alimentarios SE SALE y cuanto antes se consiga, antes podremos cuidar de nuestra salud, tengamos veinte, treinta o cuarenta años, ya que sin buena salud no podremos ser felices porque estaremos más aislados del mundo de lo que nos gustaría.


         Así bien, os animo a que luchéis por vuestra salud. Nos quedan muchos años de vida por delante y tenemos que vivirlos de la mejor forma posible. Para todo hay término medio y es el más beneficioso para la salud y la vida. No esperemos a llegar a la vejez para lamentarnos por todas aquellas cosas que podríamos haber hecho por nosotros y seamos felices.






Cualquier duda, sugerencia o crítica, abajo en comentarios. GRACIAS!!