Hace unos días, leyendo un libro que hablaba de nuestras prioridades a lo
largo de la vida para alcanzar la plena felicidad, encontré una frase que
me llamó la atención y que me recordó, en parte, al inicio de los trastornos de
alimentación. Esta frase era un viejo proverbio que decía que todos nosotros
nos pasamos la mitad de la vida arruinándonos la salud y, luego, la segunda
mitad de la vida curándola. ¿Por qué me recordó solamente en parte al inicio de
esta problemática? Pues porque no se puede aplicar únicamente a ella, sino que
parte de las conductas que llevamos a cabo en los años más tempranos de nuestra
vida pueden perjudicar de una manera u otra nuestra salud.
Hablo de muchas actividades, que pueden
ir desde el abuso de drogas (ya no solo ilegales, sino también el alcohol y el
tabaco) hasta algunas prendas de vestir. Ejemplo de esto son los zapatos, que
pueden deformar nuestros pies sin que nos demos cuenta hasta que llegamos a la
vejez y realmente nos impiden andar o simplemente realizar actividades de la
vida cotidiana, lo cual hace que lamentemos el haber sido "tan
presumidos" en años anteriores y haber llevado zapatos que nos molestaban
pero que no le dábamos la suficiente importancia. En estas conductas también
incluyo, y estaréis de acuerdo conmigo, la falta de hábito de ejercicio físico
o su abuso, al igual que las dietas restrictivas o aquellas copiosas llenas de
"comida basura".
Debido a esto, al leer el proverbio era
inevitable que me acordara de los trastornos alimentarios, ya que las personas
que los padecen llevan a cabo conductas destructivas para su salud y que suelen
empezar en la adolescencia (totalmente de acuerdo con el proverbio). En mi
opinión, la falta de preocupación por el futuro en edades tempranas, el pensar
que el instituto es lo más importante y
que después no hay nada o el ideal del carpe diem, es decir, vivir y disfrutar
el presente por encima de todas las cosas, pueden ser algunas de las causas de
llevar a cabo comportamientos nada saludables.
Quizás sea aquí, donde se puede enlazar
la cronicidad de la problemática de la que estamos a tratar con lo que venimos
hablando. El tratamiento temprano beneficiará en cualquier caso, la mejora de
la persona y de su vida, en cambio cuanto más tiempo lleve la persona con la
enfermedad más difícil será su cura y más complicaciones de salud tendrá. A
pesar de que en muchas ocasiones se cree que los trastornos de la conducta
alimentaria son crónicos, lo cierto es que no ocurre así, y cada vez lo
observamos más en la asociación. De los trastornos alimentarios SE SALE y
cuanto antes se consiga, antes podremos cuidar de nuestra salud, tengamos
veinte, treinta o cuarenta años, ya que sin buena salud no podremos ser felices
porque estaremos más aislados del mundo de lo que nos gustaría.
Así bien, os animo a que luchéis por
vuestra salud. Nos quedan muchos años de vida por delante y tenemos que
vivirlos de la mejor forma posible. Para todo hay término medio y es el más
beneficioso para la salud y la vida. No esperemos a llegar a la vejez para
lamentarnos por todas aquellas cosas que podríamos haber hecho por nosotros y
seamos felices.
Cualquier duda, sugerencia o crítica, abajo en comentarios. GRACIAS!!
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